Expectativas que te empoderan y expectativas que pueden acabar contigo.
A raíz de experiencias personales y de tantas otras que llegan a mi vida a través de la práctica del coaching de vida considero necesario hablar de las expectativas. Entendiendo estas como “las películas que armamos en nuestras mentes alrededor de una persona, situación o inclusive cosas con la que nos involucramos”. Mi punto no es llegar a decir si son buenas o no. Sino cuan riesgosas pueden ser y el daño potencial que pudieren envolver, cuando perdemos la perspectiva de que se trata de deseos muy personales vinculados a personas, hechos, cosas. Son tan íntimos que a veces nosotros mismos ni nos damos cuenta de la dimensión que tienen, no las podemos describir con claridad o no las comunicamos apropiadamente y finalmente nos frustramos porque no se cumplen o no se dan como pensábamos. De mi práctica, las más grandes e importantes tienen que ver con nuestras relaciones. Por ejemplo: casarse para toda la vida y de pronto verte ante la posibilidad de una separación o divorcio, esperar ver crecer a un hijo/a y perderlo antes de tiempo o ver demorado tus sueños por situaciones que nunca contemplaste como posibles, estudiar la carrera de tu vida y no poder ejercerla por algún revés o por una decisión equivocada de otro momento de tu vida. Otros ejemplos pueden ser temas más sencillos, quizás la expectativa de recibir un regalo o una llamada de alguien especial en tu cumpleaños, nada se escapa de la lista, pero que muestran que las expectativas nos acompañan desde que nos levantamos hasta que volvemos nuestra cabeza a la almohada. Lugar en donde muchas veces aquella expectativa no cumplida se convierte en frustración reflejada en lágrimas, en mal descanso, en culpas o preocupaciones. Qué son las expectativas: Lo que esperamos de los demás… O de nosotros mismos. Y que finalmente no se da como lo esperábamos. De los esposos, amigos/as, familiares, etc.
Este rato, quisiera que pares de leer y escribas 3 expectativas que te están dando vueltas en la mente. Las mías: Irme de viaje a un lugar soñado. Generar más ingresos para mejorar mi calidad de vida. Poder entenderme bien con alguien a quien amo. Si te fijas bien, mis expectativas nacen de un sueño o de algo agradable, bonito. A lo que llamo expectativas que empoderan. De mi depende el rumbo que ellas tomen. Las opciones: Empoderarme o Acabarme! Esas son las opciones cuando nos exponemos a llevar nuestras vidas de expectativa en expectativa y como es una práctica común aquí el unos tips de Cómo construir una expectativa que te empodere:
- Invierte calidad de tiempo en ella. Sueña en grande! - Aclárala en tu mente lo más que puedas y se suficientemente realista u objetivo para que puedas compartirla adecuadamente si estuvieras interesado/a en hacerlo. - Disponte a tener mente abierta para poder hacer ajustes rápidos si la vida acelera la llegada de la oportunidad.
- Hazte esta pregunta y respóndetela sinceramente: Qué pasa si todo se cambia? - Pon un límite claro que marque la diferencia cuando la expectativa te empodere y cuando puede ser una amenaza para ti. - Asegúrate de disfrutar el viaje hasta que se cumpla. - Sé sabio en entender los tiempos . Fluye? O se traba? - El empoderamiento viene acompañado de paz. Si tu expectativa está rodeada de sentimientos negativos detenerla es urgente. Para los que quieran una manera rápida y segura de lograrlo, les comparto como mujer de fe cómo lo hago: me atrevo a comparar mis expectativas vs la Verdad .Desde el día que aprendí esa lección he podido inclinar la balanza hacia las que me empoderan y a tener una solo respuesta para las pregunta: Qué pasa si todo se cambia? Qué pasa si no se da como lo imaginé? Me inunda una inmensa paz y acepto con consciencia que “Todo pasa por una razón” y todo ayuda a bien a los que amamos … Si tu vida está llena de expectativas y quieres aprender a inclinar la balanza a tu favor, contáctame www.gloriaviscido.com o en redes @gloriaviscido
