Y pues quien soy yo, sino más que una desconocida en tu vida?

 

Soy una mujer igual que muchas otras, como tú, quizás!, sólo que un día tomé el control de mi vida y decidí hacer de una experiencia adversa el hermoso camino que me llevaría a encontrar mi mejor versión. 

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Soy una Coach de Cambio! 

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Como Coach, no voy a enseñarte algo que aprendí en mis largas horas de estudio para convertirme en abogada, o en las preguntas más interesantes que lograba hilar en las entrevistas que preparaba para mis prácticas de comunicación social, o las dinámicas para obtener una especialización en imagen corporativa.

 

Durante más de 10 años me dediqué a ayudar a mujeres latinoamericanas a recuperarse emocionalmente y a conseguir un camino espiritual como salida a sus situaciones personales. Conozco muy de cerca el dolor, las frustraciones, las luchas y los retos de ellas. Y he saboreado una a una las victorias de aquellas que vi caer y levantarse. 

 

Aquí me gané el título de mentora espiritual, este que comparto con mi otro título: el de madre, ambos se llevan sólo en el corazón. No hay clavo que sostenga los marcos de estos cuadros. 

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Pensé que hasta aquí era el asunto, pero no… faltaba aún el título con el cual podría tomar toda esa dedicación, valorar el haber encontrado el plan y el propósito para mi vida y entregar ese regalo a muchas personas más.

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Si hay algo que queda claro aquí es que definitivamente lo mío es con la gente. Amo a la gente y tengo pasión por ayudar. Y no sé a cuántas de Uds. les ha pasado pero un día, llegó a mi vida uno de estos momentos inesperados…

 

Y de repente , todo cambió de la noche a la mañana. Mi vida dio un giro. Uno que nunca consideré, uno que si bien no era sorpresa me dejó sin aliento, me robó la paz e hizo que temblara toda mi humanidad. La separación de mi esposo y quien fuera mi compañero por mitad de mi vida. La división de una familia, el divorcio tocaba las puertas de mi casa. ¿Crónicas de una muerte anunciada? ¡Quizás!

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Así es que por circunstancias de mi propia vida, en los años de mi madurez, me tocó empezar de cero. No me tuve que inscribir nuevamente en la universidad, ni preocuparme de cuántos créditos valía esta materia. Se estaba gestando otro título, el título que me permitiría CREER EN MI, que me daría independencia, que concentraría mis habilidades, destrezas y daría rienda suelta a mi  pasión por servir, que transformaría la experiencia mas dolorosa de mi vida en la oportunidad más grande para replantearme la nueva forma en que quería vivir. Hoy sé qué quiero hacer, sé cómo lo voy a hacer y cuándo lo voy a hacer. 

 

El título de coach me lo gané con esta reinvención de mi misma, lo cual de por si lleva un valor agregado, es el título el obtenido en la “Universidad de la Vida” que le será común a muchas mujeres. Estas lecciones que aprendí me han ayudado a construir la mejor versión de mi misma y a concluir que lo mejor está por venir…para mi! 

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Y ese regalo quiero entregártelo a ti, para bendecirte y bendecirme.

 

Hoy día sé qué quiero hacer, cómo lo voy a hacer y cuándo lo voy a hacer. Creo, predico y practico el coaching porque sé por experiencia propia que funciona!

 

Y cómo no compartir este hermoso regalo? 

Estas lecciones que aprendí me han ayudado a construir la mejor versión de mi misma y estar segura lo mejor está por venir…para mi! 

 

Y para ti, si así tú lo decides!