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¿El coaching es para mi?

¿Cómo sé si el coaching es para mi?


Paséate conmigo por una sesión de coaching para que consigas la respuesta.


Leí un breve y contundente escrito de Jimmy Sarango, “No des el consejo que no te han pedido” en el que afirma algo con lo que sé muchos se sentirán identificados, mucho más si somos mujeres. El caso de los hombres difiere porque culturalmente está muy estigmatizado el hecho de que “son varones y tienen que resolver”, “son hombres y no pueden estar con esas tonterías”, entre otras. Sin embargo, la verdad es que hombres y mujeres necesitamos por igual ser escuchados. Sino, hubiésemos traído un diseño original que nos diferenciara en ese aspecto.


Dice el autor: en sus reflexiones de bolsillo “Por nuestras venas, además de plaquetas y glóbulos, corre una necesidad por aconsejar a la gente, por decirles cómo vivir, qué hacer, qué decir, cómo comportarse, como si nosotros fuéramos los genios de la vida, los expertos en existir” y esto trajo a mi mente una reflexión que quiero compartirles para que puedan tener una idea más clara de lo que es y no es el coaching de vida. Y la responsabilidad que implica dar consejos.


Asistir a un coaching puede ser todo un reto. Los hombres llegan a mi práctica en condiciones verdaderamente preocupantes. Desgastados y lidiando con rollos de hombría venidos de una sociedad sórdida. Buscando soluciones rápidas, quieren ver resultados y se van prontamente aún sin haber madurado a veces lo suficiente. Si es posible evitan compartir la buena experiencia que tienen o han tenido con el coaching. Pueden hablar de su éxito, pero como un logro personal, no porque se ha servido del coaching. La excepción a esto son los coaches deportivos o de bienestar enfocados en nutrición. Eso si es compartido con más naturalidad.


Las mujeres acuden con más frecuencia, con más libertad y mas consistencia, son más dadas a hablar, a expresarse, a admitir que necesitan ayuda más rápidamente y a madurar y volar. ¡Vuelven por más! Comentan con sus amigas que asisten al coaching, recomiendan y comparten el regalo con otras.


Es frecuente, en esta práctica que los coachees o clientes, acudan a uno con una perspectiva distorsionada del profesional que requieren. Muchos piensan que uno es una especie de terapista, sin llegar a ser un psicólogo ni mucho menos psiquiatra. Al final queda demostrado que atesoramos y hacemos uso de conocimientos muy actualizados y que pueden incluir desde la neurociencia hasta principios de filosofía o sabiduría de la universidad de la vida, todo compartido en un balance perfecto que puede proporcionarle al coachee elementos para vivir equilibradamente como una unidad: cuerpo, alma y espíritu.


El coach es como un buen padre o madre de familia, entrena para liberar. Enseña para libertar, aconseja solo para restaurar o para crear un nuevo punto de partida o un referente personal para el éxito


Así comienzan las sesiones, no son citas. No hay largos tiempos de espera porque el coaching está basado en una relación ganar-ganar en todo sentido y el respeto es el pilar fundamental que servirá de base para experimentarlo a plenitud.


Si tu coach es como yo, mente abierta , fuera de la caja, tus sesiones pueden ser en una cafetería deleitándote con un buen café o en el parque mientras disfrutas la caminata, respiras aire puro y alimentas tu alma. Si tú o el coach viajan con frecuencia eso no es motivo para posponer o cancelar, las sesiones siguen a través del medio tecnológico disponible y los horarios son adaptables a las respectivas agendas. Particularmente, me gustan y recomiendo sesiones semanales. Un ciclo completo promedio puede estar entre 6-8 sesiones.


Normalmente el coachee llega creyendo saber el motivo por el cual busca el servicio ,con la idea clara de resolver un problema específico .Viene con su propio autodiagnóstico, auto aconsejados, así como cuando uno se auto medica y prueba, prueba y finalmente. Otras veces, llega ya desahuciado por los consejos abundantes venidos de los “bien intencionados” relacionados que terminan dando fórmulas y soluciones según sus propias experiencias , se les haya pedido o no un consejo, aporten o no y que a veces se convierten en una amenaza porque la persona no sabe por dónde empezar o recomenzar su vida. En el coaching para todo hay un camino, respuestas.


La realidad es que mucha gente está necesitando ser escuchada. No aconsejada! Comentario con el que comencé este escrito.


Algo que amo del coaching es la consciencia que despierta para que cada uno consiga las respuestas en su interior, de esta forma el coach se convierte en un facilitador, en un acompañante que va desintoxicando de falsas creencias, de medias verdades, de inconsistencias, de doble ánimo e incongruencias entre lo que se piensa, dice y hace.


Así en este caminar uno inicia con una persona opacada en algún área, por las circunstancias de la vida y pasan cosas verdaderamente hermosas. La que yo más celebro es cuando la persona ya en una primera sesión se reconcilia con Dios y consigo misma. No estoy hablando de religión. Estoy diciendo que a veces en el breve silencio de una sesión de 1 hora, con la persona correcta, en el momento correcto, con la intención y motivaciones correctas empieza un cambio indetenible, beneficioso, consistente y sustentable para el coachee.


Aún llegando con una idea totalmente diferente, si tu coach de vida es profesional, es altamente intuitivo, escucha no para responder ni aconsejar, descifra con su sabiduría cuando hablar o no y cómo hacerlo para darte llaves o herramientas que te permitan en cada sesión verás avances concretos. Una sesión siempre tiene una meta , que cumple con unas condiciones para que sea clara, alcanzable, retadora, etc. Seguida por acciones específicas que estarán a cargo del coachee y que quedan en sus pendientes hasta la próxima sesión.


Adicionalmente, si así lo acuerdan el coach puede pedir hacer o dejar de hacer para mantener al coachee enfocado y logra completar el ciclo con éxito.


Imagínate si asistir al coaching es todo un reto, ¿cuánto más es aconsejar? Sé responsable cuando lo hagas, estás tratando con una vida y puedes cambiarla para bien o dañarla.


Ningún coach puede garantizarle a nadie resultados. Principalmente porque el dueño de este proceso es el coachee. Él/ella ponen la velocidad de avance. Su honestidad y sinceridad hacia si mismos hacen la gran diferencia en los resultados.


La capacidad de aprender, ser enseñados es clave porque hay momentos "Wow" o "Eureka", de luz, de claridad, que sólo serán aprovechados por los humildes, por los que están comprometidos consigo mismo y que están dispuestos a sacarle el jugo a esta inversión. El tema costos solo puede verse desde la perspectiva de una inversión. Y respondiéndote sinceramente cuánto te ha costado esta situación en tu vida si la monetizaras, en tiempo, calidad de vida y aún en dinero. Con ese valor en mente, piensa ¿qué precio pagarías por dejar atrás todo eso?


El coaching te costará una mínima parte de ese valor. Para detalles ir a www.gloriaviscido.com y/o www.bestucoaching.com


Según el profesionalismo y credenciales de tu coach, hay 3 tipos de servicios: BUENO-BARATO-RAPIDO


Pero sólo puedes combinar dos:


Bueno & barato pero no será Rápido

Rápido & Bueno pero no será Barato

Barato & Rápido pero no será Bueno


Si el coach está adscrito a una asociación seria y tiene una licencia internacional los precios de las sesiones se establecen según bandas sugeridas que incluyen además las horas de prácticas o experiencia, su formación académica formal, su formación continua, entre otras. Ese es mi caso.


Solo recomiendo que antes de decidirte por los servicios de un coach verifiques credenciales y de su trayectoria, honorabilidad y confiabilidad en las redes sociales.


Si aún tienes dudas si el coaching es para ti, contáctame para responder tus preguntas o para ¡una primera cita gratis!

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