Y tú, ¿Tienes un Plan B?

La vida se trata de cómo manejes tu Plan “B” Estamos bien acostumbrados a hacer las cosas en los tiempos y las formas en que aprendimos. Unos lo toman como algo normal, para otros es una lucha constante porque no encajan en los estándares creados y otros como yo se encontraron de un día para otro que no tenían un Plan “B”.

Ese día, el de mi Plan “B” que nunca imaginé, arrancó montada en una bicicleta no en el Mercedes Benz de mis sueños, movido a pulmón, propulsada con la fuerza interna de la incertidumbre, con un nudo en la garganta y poco aliento. Con un pequeño bolso a la cintura con unas tarjetitas que suelen decir “quiénes somos”, en mi espalda , un bulto invisible de fe y esperanza. En los 35 minutos recorridos por mi mente se paseó toda una vida… el viento fresco de un enero, iba al encuentro de mis lágrimas que caían dejando atrás todo lo que ya no pertenecería a mi vida.

Aunque veía el pavimento , mi mente sin norte claro albergaba una gran pregunta : Cuál sería la ruta?

No dejaba de pedalear y de pensar. Muy en el fondo de mi corazón estaba anclada la certeza de que lo mejor estaría por venir… en algún momento de mi vida.

Sudé y recuperé el aliento , una y otra vez.

Fui por ayuda! Mientras más me acercaba a ella mas claro entendía que no se trataba de llegar a un punto final sino de aprender a manejar lo que desde ese momento se había convertido en mi plan “B”.

Sería como volver a aprender a manejar mi bici o mejor dicho a montarme en ella en un terreno montañoso. Sin opciones a la vista , pero dispuesta a tomar el control del volante y a sacarle el máximo provecho al nuevo destino.

Ya al control del volante, los temores traspiraban mi piel. Mis ojos no se apartaban del camino , tenía sed de justicia, sentía rabia, frustración, indignación y una larga lista de sentimientos encontrados, sorprendentemente , a todos ellos se interponía . aunque Ud. no lo crea, una paz profunda que sobrepasaba todo entendimiento. La certeza de saber estar en el tiempo correcto a pesar de que todo lucía como un rompecabezas en destrucción.

Tomé agua para refrescarme y pude levantar mis ojos hacia el cielo , allí conseguí la respuesta a mi otro gran cuestionamiento: De dónde vendría mi ayuda? Llegué a mi primer destino. El que me obligaba a parar la bici y poner los pies sobre la tierra. Allí empecé a dar gracias a Dios. Gracias! Gracias! Sin que cedieran el temblor de mis piernas, de mi corazón , ni las lágrimas.

Estaría frente a frente ante la oportunidad de mi vida?

O por el contrario, sería este el fin de mi vida?

Sígueme y acompáñame en esta historia, que bien podría ser la tuya!

Cómo aprendí a manejar mi Plan B? El Plan B … es la verdadera prueba de carácter Cuando vas cuesta arriba, te das cuenta de que aquella mochila de fe y esperanza lleva mucho mas cosas. Allí , cuando la pedaleada es corta y requiere ser potente echas mano de tu resistencia, te acoplas con tu aliento más profundo y disciplinadamente sigues des-pa-ci-to, pero seguro, sin parar aunque estés muy cansada.

Te levantas de tu comodidad y pones todo tu empeño, cambiando el punto de gravedad de tu vida y obligándolo a someterse a la ruta nueva que dista de la alfombra roja y del soñado Mercedes Benz.

No tienes ni la menor idea de cuándo termina esta cuesta. Es más , ni siquiera te atreves a subir la mirada ante el temor de saberlo o por temor a encontrar otra nueva cuesta. Nada está garantizado, la siguiente pudiera ser una bajada empinada y empedrada o por qué no un hermoso y apacible camino.

Un sudor de confianza en ti empieza a recorrerte desde los pies a la cabeza, sin que quede parte de tu ser que sepa que tú eres más que tus circunstancias. El reencuentro trae consigo respeto por la vida, dignidad , paz, cosas hermosas almacenadas en el corazón que se pasean por tu mente y refrescan la vida, la nueva vida. Este rato estás más que segura que entraste a ese sendero ideal , remanso de paz y descanso.

El sol, ya está al ponerse y hace falta un descanso!

En ciertas noches en la ruta de tu Plan B tu almohada parecerá una de esas rocas que pisaste en el camino. Preguntas sin respuestas, condenación, dudas y unas cuantas cosas más hacen fiesta en tu cabeza, robándote tu descanso, tratándote de arrebatar cada logro, exigiéndote más, tentándote a “tirar la toalla”, cosa que sabemos hacer muy bien la mujeres triunfadoras solo que para ello elegimos la playa! Y así amaneces en blanco, sin dormir, o habiendo dormido muy poco. Por suerte, esas noches son pocas, son las excepciones. Y con todo podrás comprobar que el sol salió de nuevo y que este nuevo día es una nueva oportunidad para disfrutar la ruta de tu Plan B.

Esta mañana, el recorrido empezó cuesta abajo, en un camino escarpado, donde empiezas a disfrutar el haber enfrentado tus temores; estás segura de ti . El terreno te obliga a usar los frenos , a practicar esa confianza en ti, a respetar tu ritmo. Estas al control de tu vida y decides cada maniobra en la ruta, El balance ganado te da estabilidad, te hace perseverar y te convierte en más que vencedora.

Finalmente, cuando la vida ya te premia con aquel camino de ensueños en donde puedes avanzar ya no con las manos en el manubrio sino con tus brazos apuntándole al cielo celebrando la victoria corroborarás que aquella corazonada de que lo mejor estaría por venir… en algún momento de mi vida, llegó!

Si yo lo logré, tú también puedes logralo!

Puedo enseñarte cómo hacerlo!

Tips Frente a un Plan B que no existía:

Usa lo que tengas! Acéptalo! Cree que “Lo mejor está por venir” Busca Ayuda (de lo alto y en la tierra) Decide tomar el control de tu vida Enfrenta tus temores Da gracias! Elige el camino de la Oportunidad Tips de Cómo aprender a manejar el Plan B: Busca qué tienes en tu mochila. Levántate de tu zona de comodidad Echa mano de tus fortalezas Cuidate de las expectativas Enfrenta tus temores Retoma la confianza en ti Recupera tus valores Cuídate del día malo Disfruta el camino! Valida tu corazonada Si quieres trabajar en tu Plan “B” Contáctame . Para las primeras personas estoy dando una sesión gratis de 1 hora.